Tras extenderse a lo largo de más de 20 millones de kilómetros cuadrados y presentar prácticamente todos los climas del mundo, la región latinoamericana alberga una riqueza biológica endémica y una diversidad geográfica que abarca desde algunos de los ríos más significativos del mundo hasta la cadena montañosa de Los Andes, las selvas de la Amazonía, las llanuras de la Patagonia, las costas del mar Caribe y demás. Frente a un trabajo colectivo que involucra desde las comunidades locales hasta las nuevas generaciones, la construcción de instalaciones y estructuras en estos entornos naturales no sólo se destina a satisfacer necesidades funcionales sino también educativas, de investigación y conservación ambiental.
Acorde a la Revisión 2024 de las Perspectivas de la Población Mundial lanzada por el CELADE – División de Población de la CEPAL y la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, la población de América Latina y el Caribe en 2024 alcanzó una cifra de aproximadamente 663 millones de habitantes, representando cerca del 8,1% de la población mundial. Ante un panorama de crecimiento por delante y sobre una región con importantes recursos alimenticios, energéticos y minerales el escenario de intervención es inmenso entonces, ¿por qué no indagar en el uso de materiales naturales y aprender de las técnicas de construcción locales para producir instalaciones al aire libre y en relación con la naturaleza? ¿por qué no integrar a diferentes actores y disciplinas en el proceso constructivo?
La madera, como tantos otros materiales, presenta una multiplicidad de acabados y terminaciones donde cada especie cuenta con diferentes características pudiendo utilizarse para distintos fines según sus propiedades físicas y mecánicas. Además de ser heterogénea, higroscópica, anisótropa y porosa, se trata de un material orgánico cuyo componente principal es el carbono y le siguen en menor proporción el hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y otros elementos minerales. Estudiar su capacidad de acondicionamiento, peso específico, contenido de humedad, contracción e hinchamiento junto a propiedades térmicas, acústicas, eléctricas y de rozamiento es fundamental en la definición de las especies a utilizar junto a las tecnologías que harán posible su aplicación en la construcción.
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De la tradición a la innovación: cómo las tecnologías modernas están transformando el potencial de la maderaSobre el tratamiento de la madera y su exposición a la intemperie
Analizar los tratamientos factibles sobre superficies o elementos de madera y prever su exposición al aire libre y en contacto directo con el entorno natural contribuye a prolongar la vida útil de las construcciones, reduciendo también la necesidad de futuras intervenciones por mantenimiento. Al conocer las propiedades científicas y tecnológicas de la madera, es posible predecir el comportamiento del material y determinar las cualidades de las especies que variarán de acuerdo a la geografía y el clima de cada región.
Siendo su material prioritario de estudio en YAF_Constructo 2: El Pesar del Viento en Chile, la madera se ve afectada por fenómenos exógenos que conforman un proceso de transformación y deformación natural con el correr del tiempo quedando en evidencia el dinamismo del material. El viento, la humedad, el calor, el vapor, la temperatura y el uso son algunos de los factores que provocan que la madera se doble, se tuerza, se curve, se mueva y también suene. Tal como en el proyecto TAKUAPÍ Covered School Patio en Argentina, la investigación y experimentación sobre las posibilidades constructivas de la madera es capaz de aportar diversas espacialidades, que puedan resultar estructuralmente eficientes, respetuosas con el medio ambiente y económicamente viables. Por ejemplo, en este caso, los arcos de madera laminada in situ poseen un radio de curvatura que responde a un equilibrio entre los límites elásticos de la madera y las secciones adoptadas mientras que los soportes con elementos de madera se sitúan al interior para protegerse de la intemperie.
Por otro lado, el proyecto Mirador aula en Ecuador actúa como un prototipo para entender los alcances de la tecnología utilizando un método de preservación de la madera donde la capa superficial se quema, luego se mineraliza y queda protegida de pestes a futuro. Además, la estructura de madera se protege con un textil impregnado de mortero cementicio que se sostiene por una estructura tensada.
Sobre las estructuras de madera y su carácter efímero o permanente
Cada vez son más las prácticas que exploran diferentes técnicas y herramientas para adaptar las características de la madera a las demandas del diseño y la construcción moderna. De hecho, más allá de las contradicciones o debates que aún persisten sobre este material en la industria de la construcción, son varios los eventos, exposiciones, conferencias y festivales que año tras año reciben la colaboración de profesionales, académicos, empresas y organizaciones buscando capacitar y reflexionar sobre las oportunidades y potencialidades que ofrece la madera desde su ensamble, diseño, montaje, uniones, propiedades, etc. Por ejemplo, en la edición 2020 de Hello Wood Argentina se construyeron el Pabellón Ginga de Giovanna Taques, Guilherme Schmitt, Victor Escorsin y João Vitor Sarturi, la Carpa Itinerante de Fabrizio Pugliese y Gabriel Huarte, entre tantos otros proyectos. La Carpa se pensó como una estructura itinerante y efímera pudiendo montarse en poco tiempo y con pocas personas en distintos lugares.
Conociendo el potencial de cada material y cómo trabajar con él, la construcción de instalaciones efímeras o temporales abre las puertas al debate sobre la implantación en múltiples entornos diversos al mismo tiempo contemplando o no las especificidades del sitio. Ahora, ¿cómo se planifica la capacidad de montaje de una estructura y su adaptabilidad al sitio de implantación? ¿el uso de la madera es capaz de condicionar su temporalidad o permanencia? Ligado al sentido de permanencia, el Mirador Ñielol en Chile plantea una nueva altura para la ciudad de Temuco volviéndose un espacio de encuentro urbano y un regalo para sus habitantes y también para el sitio, al modificar el entorno donde interviene y transformar el espacio para su contemplación. Mientras tanto, el Pabellón de las Orquídeas en México también consolida una estructura de madera, permanente, sustentable y ligera que se destina a la conservación de las orquídeas en la región de Oaxaca. El diseño establece su propio espacio apto para el desarrollo que involucra el crecimiento, florecimiento y recolección de las orquídeas integrando materiales y técnicas constructivas locales.
Sobre la educación y la formación de las futuras generaciones
Si bien las metodologías de enseñanza y aprendizaje en arquitectura varían de acuerdo a las normativas de cada país, las tecnologías disponibles o comúnmente utilizadas, los recursos y herramientas del lugar, las condiciones geográficas y demás, numerosas universidades en Latinoamérica y alrededor del mundo aspiran a involucrar a los estudiantes desde su etapa de formación en los procesos de materialización de los proyectos. El Proyecto Volcadero en Venezuela resulta una intervención urbana que surge tras un proceso de diseño participativo entre la comunidad local, profesores y estudiantes de Arquitectura y de Ingeniería Civil de la Universidad de Tennessee (USA), la Universidad de Oriente (Venezuela) y la Universidad Estatal de Arizona. Constituyendo un gran espacio público en la zona, la experiencia no solo permite formar a futuros profesionales de la arquitectura sino también empoderar a comunidades vulnerables y resaltar la transformación que la educación y la responsabilidad social pueden aportar.
Otro caso es el Pabellón 25 en Chile que fue desarrollado dentro de una experiencia académica por el equipo docente integrado por Francisco Calvo, Katherine Cáceres y Amaya Glaría junto a los estudiantes del Taller de tercer año de la carrera de arquitectura UTFSM. La propuesta buscó indagar en estrategias proyectuales desde el estudio de sistemas constructivos en madera, entendidos como nodos y entramados vectoriales capaces de ser transformados desde una lógica iterativa de repetición y diferenciación. Por otra parte, el Mirador El Duende en Colombia consolidó el resultado de un laboratorio de construcción realizado en 2023 como parte de un programa intersemestral de arquitectura. De esta manera, se hizo énfasis en la aplicación práctica de conceptos arquitectónicos sobre un entorno específico, permitiendo integrar teoría y práctica en un contexto real. Al diseñarse y construirse por estudiantes de arquitectura, el proyecto creó un espacio físico y un legado educativo tangible que priorizó el uso eficiente de recursos incluyendo la reutilización de materiales.
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